LAS PRSONAS NO SE SUICIDAD PORQUE QUIEREN MORIR, SINO PORQUE QUIEREN DEJAR DE SUFRIR.
No fue que quiso morir. Sino que ya no encontró otra forma de seguir viviendo. Así me lo dijo la madre de Lucas, un joven de 21 años que se quitó la vida hace un año. Su voz temblaba entre la rabia, el dolor y la impotencia. "Mi hijo no quería morirse… mi hijo quería que el dolor se detuviera. Eso fue todo." Y es ahí donde comenzamos: en esa delgada línea entre la vida y el sufrimiento. Entre querer desaparecer y no saber cómo pedir ayuda. Este artículo no pretende dar respuestas definitivas. Pretende, en cambio, ser un espejo. Una pausa. Una mirada más compasiva hacia quienes han pensado, sentido o incluso intentado irse… no porque amen la muerte, sino porque han estado enfrentando un dolor que ni el cuerpo ni el alma podían sostener. El grito invisible del sufrimiento Cuando alguien se suicida, el mundo reacciona con preguntas vacías: ¿Por qué lo hizo? ¿No pensó en su familia? ¿No tenía todo para ser feliz? Pero pocas veces hacemos las preguntas que realmente importan: ...