LA LETRA CON RISA ENTRA

 


Enseñar significa emocionar, la letra con risa entra, río luego aprendo, riendo aprende la gente, son algunas de las ideas que se formulan y defienden a lo largo de estas líneas. Se ha demostrado que a los estudiantes les gusta aprender con profesores divertidos, que se apasionen y despierten pasión por enseñar, que rompan la monotonía con humor y hagan del aprendizaje toda una experiencia divertida.

Si hablamos de las competencias, habilidades y destrezas de la nueva educación, el humor no debe faltar como estrategia pedagógica y con mayor razón, en estos tiempos de incertidumbre y sobriedad. Dentro de las razones para implementar el humor y la risa en el aula podemos citar: es un recurso fácil de utilizar, reducen el estrés, la ansiedad o las amenazas, acercan a las personas aminoran los conflictos, elevan la autoestima y motivan. Además, el humor y la risa se emplean para comunicar la relevancia del mensaje y mejoran la memoria visual, colaboran en aprender más rápidamente los datos y en recordar mejor los contenidos, hacen que la información parezca más real y ayudan a tomar mejores decisiones. También proporcionan descanso al cerebro y le ayudan a focalizar la atención. El humor y la risa en la educación motivan la inclusión y participación, la amistad y el sentimiento de compañerismo, la distensión y la diversión y favorecen la creatividad tanto para el alumno como para el profesor.

El humor y la risa, en el proceso enseñanza aprendizaje, proporcionan sensación de bienestar físico, despiertan el interés, ayudan a comunicar más eficazmente y constituyen una fuente de recompensa emocional en general. Por último, hacen pasar el tiempo de forma más rápida y agradable, las clases parecen más cortas y las tareas menos monótonas, pesadas o aburridas.

En esta misma línea, citando a Fernández Solís (2003), Barrio y Fernández Solís (2010), Rivero (2011) y Feliz y Levi (2011) autores que han abordado este interesante tema, coinciden en en señalar diez funciones básicas del humor en el aula: (1) motivadora; (2) resalta la camaradería y amistad; (3) distensiona ante los conflictos; (4) diversión (5) defensiva (permite defenderse de críticas o ataques); (6) intelectual (favorece el desarrollo de capacidades cognitivas); (7) creativa e imaginativa; (8) pedagógica (establece un clima positivo de aula); (9) transformadora (favorece el cambio que permite desterrar procedimientos obsoletos en el aula y potenciar otros más actuales) y (10) Catártica.

¿Quién dijo que el aprendizaje tiene que ser aburrido? Si se aplican correctamente dosis constantes de humor en el proceso pedagógico se puede facilitar la enseñanza de cualquier tema o asignatura por más compleja que esta sea, por ejemplo, las mate, amadas por unos y odiadas por otros, la historia, la religión o la filosofía, tildada por ciertos estudiantes como tediosas.

Solo se aprende aquello que se ama -citando a Francisco Mora- quien deja bastante claro en las páginas de su obra que las emociones son vitales para el aprendizaje porque ayudan a fijar mejor los conocimientos en la memoria logrando así, recordarlos mucho más fácil.

“LA RISA ES LA DISTANCIA MÁS CORTA ENTRE UN DOCENTE Y SUS ALUMNOS”


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